Mientras los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se hacen más visibles, y con el paso del tiempo estamos algo más sensibilizadas con respecto al Cambio Climático, todavía queda un camino para evaluar posibles estrategias que podemos adoptar a escalas más pequeñas ya no solo para colaborar y contribuir en calidad de propósitos (de eso trataremos en otro momento), sino de adaptación
Porque antes de alcanzar a tratar la cuestión de esas grandes estrategias y cambios culturales, es necesario tratar un tema algo menos conocido pero igualmente crucial, que son los 9 Límites Planetarios.
Un concepto que quizás suena un poco New Age, pero es el término que se usa en distintas comunidades científicas, y luego han influenciado a grandes organismos como la misma ONU (influenciando a los ODS), para apuntar a distintos retos cruciales tanto para nosotros (y sí, la economía también), así como la vida tal como la conocemos hoy en día.
Este concepto se origina hace una década después de que diferentes científicos de distintas disciplinas vinculadas a las ciencias de la Tierra (Meteorología y Climatología, Medio Ambiente y Ecología, Estudios en Complejidad aplicados, Biología, Oceanografía…) y Disciplinas Sociales (Historia y Filosofía de la Ciencia) se organizaron para explorar cómo comunicar la compleja situación en la que nos encontrábamos por entonces.
Porque oímos hablar del Cambio Climático como gran reto. Y además asociamos, a veces, a este problema algunos retos, como la contaminación por plástico en las aguas del planeta, o en entornos naturales, como parte del mismo problema.
Pero hay otros procesos igualmente cruciales, como la pérdida de la biodiversidad que está ligada a la emergencia de la covid (largamente advertido por la comunidad científica el riesgo derivado de las pandemias)
¿Qué y cuáles son los 9 Límites Planetarios?
En vez del final, dejaré aquí las referencias a los artículos científicos / académicos originales en caso que desees ampliar y consultarlos, pues aportan datos más concretos y específicos:
- Rockström, J.; Steffen, W.; Foley, J. A. et al. (23 de septiembre de 2009) A safe operating space for humanity. Nature 461, 472-475. Online y abierto aquí https://www.nature.com/articles/461472a
- Steffen, W; Richardson, K.; Rockström, J. Et al. (13 de febrero de 2015). Planetary Boundaries: guiding human development on a changing planet. Science 347. Online y abierto aquí https://science.sciencemag.org/content/347/6223/1259855/tab-pdf
En rigor, consiste en un marco de trabajo para presentar un modelo más visual y claro de los retos actuales globales. En éste, se presenta una definición la zona de operabilidad segura para la vida, sobre todo para la humanidad.
Consiste en un arduo trabajo de síntesis de un colectivo independiente de científicos de diferentes disciplinas asociados a diferentes centros de investigación del mundo.
Síntesis de diferentes procesos y subsistemas biológicos o físicos que ejercen de ‘estructura’ para la sostenibilidad de nuestras vidas.
Además, como referencia histórica se toma una época pre-industrial, o del conjunto de la época geológica en la que estábamos, el Holoceno
-Si te interesa ampliar este tema sobre el Holoceno, y la relación con el cambio climático (incluyendo el concepto ‘Antropoceno’) tenemos este artículo más profundo y extenso (pero con explicaciones divulgativas marcadas) para expandir
Así pues, los 9 Límites Planetarios es la síntesis de 9 procesos planetarios, diferenciables entre ellos, y que actúan como las ‘paredes’ bajo las cuáles la vida, incluyendo la nuestra, es posible y viable tal como la conocemos
“In general, planetary boundaries are values for control variables that are either at a ‘safe’ distance from thresholds — for processes with evidence of threshold behaviour — or at dangerous levels — for processes without evidence of thresholds.” A safe operating space for humanity, 2009
Estos son los 9 Límites Planetarios

Cambio climático de origen antropogénico
El más conocido y de los más urgentes a tratar, cualificado sin embargo como tercer riesgo (de más a menos urgente).
Para caracterizarlo como parte de un marco de trabajo, lo basan en 2 parámetros:
- Concentración de CO2 en la atmósfera
- Fuerza de radiación, que es el intercambio de energía o salida de la energía solar en las altas cotas de la atmósfera
Esto quizás no suene muy nuevo, pero la concentración de CO2 atmosférico que recomiendan, basado también en esos niveles pre-industriales, es de 350 partes por millón en volumen.
Es decir, una proporción de CO2 concreta respecto al total de gases contenidos en una muestra de la atmósfera.
Remarcando: proporción. Es una medida algo polémica -y se ha usado hasta en noticiarios pero no es fácil de entender- pero de momento es un estándar científico.
Porque se considera que en cuanto más proporción y concentración de CO2 haya en la atmósfera, más retención de energía (y calor) solar podría haber.
Recordemos sin embargo que el CO2 es solo uno de muchos gases de efecto invernadero (GEI), pero esto es un modelo de trabajo, y el CO2 sirve como indicador, no como totalidad para explicar el cambio climático. En ocasiones también se hacen equivalencias de los otros GEI con el efecto del CO2 y se suma
Actualmente nos encontramos entre los 415 y los 420 de partes por millón de concentración global
Pérdida de la biodiversidad
Este es el riesgo n.º1. Aunque no lo parezca. En ocasiones hay una inclinación a pensar que este asunto de la biodiversidad es un capricho estético o ideológico, una nostalgia superficial de la visión de un mundo lleno de pajaritos, cebras y gacelas saltando, y flores por doquier.
Pero la realidad es que está más que demostrado que, a pesar de nuestra tecnología, de nuestra ciencia, y la aparente predominancia de los entornos urbanos como contraste a “lo natural”, es que dependemos muy estrechamente de otras especies.
Para alimentarnos y nutrirnos, pero para muchas cosas más. Desde la flora intestinal y cutánea que nos protege o nos ayuda a procesar nutrientes que sin ellos no conseguiríamos, pasando por las abejas e insectos polinizadores que hacen posible la reproducción de los árboles frutales y las legumbres, hasta el papel que ejercen como barreras naturales los bosques y selvas.
¿Un ejemplo claro que esto sea un problema igual o mayor que el cambio climático? La COVID.
“Nos es más fácil imaginar conspiraciones de gobiernos liberando virus que aceptar que hay un límite quebrantado, porque choca con la creencia muy profunda social del crecimiento ilimitado como base para sociedades del bienestar”
Antes de su aparición, la comunidad científica llevaba advirtiendo del enorme riesgo asociado a la pérdida de biodiversidad con la aparición de nuevas pandemias.
¿Por qué?
Pues porque a medida que se reducen elementos de ecosistemas, que son sistemas complejos y frágiles a la que hay cambios, cambia la movilidad y formas de adaptarse de los microorganismos.
Y además, tienden a estar en muchos más casos ‘apretujados’ en biomas cada vez más pequeños como bosques y selvas, debido a la destrucción de estos. Por lo que el contacto entre personas y esos seres portadores es cada vez más estrecho.
Otros problemas son algo más ya conocidos como el caso de la extinción potencial de las abejas.
- J. Vidal (20 de marzo de 2020). Cómo la pérdida de biodiversidad está aumentando el contagio de virus de animales a humanos. Eldiario.es https://www.eldiario.es/ballenablanca/biodiversidad/perdida-biodiversidad-aumentando-contagio-animales_1_1016048.html
- D. Knowles / World Economic Forum (6 de mayo de 2019). A shocking new report reveals what we’ve done to the natural world. https://www.weforum.org/agenda/2019/05/biodiversity-loss-pollution-climate-change-report/
- Keesing, F., Belden, L., Daszak, P. et al. (2010) Impacts of biodiversity on the emergence and transmission of infectious diseases. Nature 468, 647–652 https://www.nature.com/articles/nature09575
- D. A. Wilkinson; J. C. Marshall. et al. (2018). Habitat fragmentation, biodiversity loss and the risk of novel infectious disease emergence https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6303791/
Ciclos de fósforo y nitrógeno
Digamos que el nitrógeno, por un lado, y el fósforo por el otro, fluían a través de diferentes procesos tanto químicos e inorgánicos, como sobre todo orgánicos, a través de la alimentación y de otras maneras.
Dependemos de estos componentes para diferentes procesos fisiológicos.
Pero con las prácticas agrícolas de los últimos siglos, estos elementos han sido muy explotados y aplicados de manera intensiva en explotaciones agrícolas, o para elaborar productos químicos esenciales en las economías contemporáneas.
Estos ciclos se han roto, y ha implicado por ejemplo la contaminación e inestabilización de sistemas fluviales y marinos. Lo cual tiene un impacto, de nuevo, en la vida, y en los equilibrios de la biodiversidad.
Acidificación del océano
Este proceso se debe, especialmente, a las propias emisiones de CO2 (sobre todo). El agua marina, grosso modo, captura parte del CO2 atmosférico. Y éste, disuelto en el agua, eleva la acidez.
Esto impacta en los equilibrios de la biodiversidad marina (peces, corales, algas…) que viven dentro de unos límites de acidez concretas. Algunos de los primeros afectados han sido los arrecifes de corales, por ejemplo.
Otros límites
Los otros límites, que de momento están por concretar su situación (por su mayor complejidad) o están equilibrados, son:
- Carga de aerosol y partículas PM5 y PM10 en la atmósfera: importa tanto a nivel global como las partículas en zonas concretas, como las ciudades
- Los cambios de uso de la tierra: sobre todo, de uso no-humano a explotaciones económicas como la ganadería o la agricultura, o la construcción de pueblos y ciudades
- Uso global del agua potable
- Contaminación química
Impacto e influencia en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y más
Realmente este marco de trabajo ha tenido una consideración importante en esferas tanto científicas como sobre todo políticas. Dota de un lenguaje común y unos indicadores más claros (hay que mirar con más detalle la documentación aportada por los autores).
Entre otros impactos, ha influido por ejemplo en la definición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, delimitando con más claridad de dónde proceden los riesgos para la humanidad, y por qué.
Esto se ve en ODS tales como los atribuidos al cambio climático, a la conservación de la biodiversidad, y medidas e indicadores asociados a otros ODS como el del acceso al agua potable o del crecimiento económico.
También es un elemento fundamental para el modelo económico ideado por la economista de Oxford Kate Raworth.
Se trata de la Economía del Donut (que no va de transacciones con donuts, no).
Es una propuesta de evolución económica basada en mínimos y máximos de desarrollo teniendo en cuenta estos límites, y por el otro los límites internos sociales suficientes como la salud, el acceso al agua y la comida, la energía, el trabajo y la remuneración.
Visualmente, encajando los límites planetarios de Steffen y Rockstrom por fuera, y los límites sociales por dentro, genera un espacio intermedio que es el “espacio justo y seguro para la humanidad”, por lo que tiene forma de donut, rosquilla o toroide.
Cómo aplicar estas ideas en la estrategia
Ahora que van al alza los planes RSC pero incluso planes más generales que incluye una perspectiva de sostenibilidad, es esencial que las empresas, y todo tipo de organizaciones consideren que el cambio climático es una crisis, pero no la única. O que, por ejemplo, el problema del plástico es otra cosa (iría dentro de la contaminación química)
Además, implica pensar de manera más sistémica, es decir, que estos límites o fronteras no van por separado, sino que tienen relaciones. Por ejemplo, las emisiones de CO2 no solo afectan como gases de efecto invernadero, sino que acidifican los océanos.
Una mayor diversidad de vida (plantas, hongos, animales…) es necesaria para poder alimentarnos y para estar algo más a salvo de epidemias. Y que si aumenta la acidificación en el oceáno, entonces se contribuye a reducir parte de esa biodiversidad, en cadena, porque… ecosistemas.
O que habría que repensar como hacer más sostenible la explotación del nitrógeno y del fósforo, por ejemplo, lo cual contribuiría entre otras cosas a reducir parte de la contaminación de aguas, y a sanear una parte de la biodiversidad.
Por poner ejemplos.
También da marcos para la evaluación de riesgos, pero evaluar riesgos no es una finalidad, sino una vía para considerar actuaciones coherentes.
Así que si comenzamos, por ejemplo, por los ODS como punto de partida, reconocer estos límites y las relaciones entre ellos puede ayudar a dar una mejor dimensión de hacia dónde orientar estrategias económicas, y evaluar con más consistencia los impactos que generamos en el entorno.